Thursday, May 21, 2015

Inflación, pobreza y control social

Inflación, pobreza y control social
[20-05-2015 21:20:39]
Jorge Olivera Castillo

(www.miscelaneasdecuba.net).- El agromercado es una de las rendijas para
ver el presente entre las mismas sombras y el futuro con la
incertidumbre en primer plano.
No es necesario abrumarse con las estadísticas en la búsqueda de la
verdad sobre la economía cubana. Da lo mismo que los reportes provengan
de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) o de alguna de las
entidades que en la Isla se encargan de colgarle nuevos oropeles al
triunfalismo.

Una ojeada por las estanterías de cada uno de los mercados de productos
agropecuarios que funcionan dentro de los predios capitalinos, es
suficiente para saber que las tímidas reformas económicas tienen el
fracaso como único destino.

Los precios no bajan y la calidad de las ofertas sigue cuesta abajo.

Resulta patético que el salario promedio, que según informaciones
oficiales pasó de 20 a 23 cuc (pesos convertibles) al mes, unos 28
dólares, pueda evaporarse con un par de visitas al agro.

Cubrir las demandas alimentarias en este período es una tarea de titanes.

A modo de ejemplo, traigo a colación el precio a desembolsar por una
libra de tomate. Pagar 10 pesos en moneda nacional (alrededor de 0.60
centavos dólar) por la cantidad citada de la hortaliza es una decisión
difícil para cualquier trabajador cubano

que no tenga la destreza para interactuar en el mercado negro o carezca
de una mano tendida allende los mares.

Si el costo de este producto es extremadamente alto, los de la carne de
cerdo y cordero, que son las que se venden en esos locales, vienen a ser
como portazos en las narices.

Las dificultades para alimentarse como Dios manda, obliga a desconfiar
de la retórica de los funcionarios que insisten en tapar el sol con un dedo.

En vez de profundizar en los cambios estructurales para salir del
estancamiento se recurre, como se ha hecho costumbre, a los cantos de
sirena.

El tradicional reciclaje de promesas y sobrecumplimientos, a la postre
ficticios, ofrecen una lección de lo que es la irresponsabilidad desde
el poder.

Si los actuales gobernantes no son capaces de crear las condiciones para
que bajen los precios de los productos agropecuarios, deberían tener el
coraje de ceder sus espacios a personas más capaces y verdaderamente
interesadas en encontrar las claves para refundar la nación sobre bases
más racionales.

La experiencia y el sentido común indican que el hambre y la escasez han
devenido en eficientes armas para mantener el control social.

Comprar una libra de tomates o cualquier producto de primera necesidad
requiere a menudo de una cuota de ilegalidades.

Precisamente del chantaje, tras ser cogido in fraganti en alguna
transacción ilícita, es que surge y prolifera la chivatería.

Tener un delito pendiente en Cuba es parte del juego impuesto por el
régimen.

Quienes habitan en la Isla saben que en los trajines de la
supervivencia, la honestidad es una mala palabra. Hay que infringir la
ley con plena conciencia de que alguien vigila.

Las tenazas del totalitarismo, pese la sobre-explotación, no se han
mellado. Para nuestra desgracia, funcionan como nuevas.

Source: Inflación, pobreza y control social - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/555cde873a682e09644ae63f#.VV27V_mqqko

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