Monday, April 9, 2012

El aceite que nos desangra

El aceite que nos desangra
abril 7, 2012
Por Amrit

HAVANA TIMES, 7 abr — Cada vez que me veo obligada a confrontar la
menguada ración de aceite (a pesar de que lo vierto en un pomo (botella
plastica) cuya tapa de cuenta gotas me permite administrarlo
rigurosamente), me acuerdo de un incidente que viví hace años con un
turista de Curazao, amigo de mi familia.

Estábamos en el apartamento que él rentaba en la Villa Panamericana.
Nuestro amigo pretendía cocinar un guiso de vegetales y luego de echarle
aceite, decidió que se había excedido en la cantidad, así que inclinó la
cazuela sobre el caño del fregadero para botar lo que sobraba…

Todos los que estábamos presentes, (cubanos, por supuesto), nos
levantamos del asiento al unísono, avanzando hacia él para impedir tal
sacrilegio y gritando: ¡¡Noooo!!

El extranjero se quedó inmóvil por la sorpresa y, entendiendo de pronto,
musitó: "Oh, perdón…"

A pesar de que luego todos nos reímos por la espontanea y tan bien
sincronizada reacción, (muy simbólica), hoy, cuando recuerdo esto, la
sonrisa se me congela y me pregunto cuanto de nuestra angustia vale
realmente este "precioso líquido" cuyo precio sube caprichosamente en el
mercado, con la complicidad de nuestro silencio o desaprobadores murmullos.

El pomo de aceite que se podía comprar con menos de 2 CUC ha ido
aumentando hasta los 2. 40… La bolsita de aceite que era la solución
cuando uno sólo disponía de 1 CUC, hace menos de un mes costaba 1.15 y
hace unos días tuve que pagarla ¡a 1.20!

Muchos, en un alarde de indolencia (o hipocresía), podrán decir: "¿Qué
más da? Son sólo cinco centavos…" Y fingir que no notan cómo un mero
ingrediente de cocina, lenta y silenciosamente, va ocupando más y más
espacio en nuestro bolsillo, en nuestro esfuerzo físico o mental de
trabajo, en nuestra diaria dosis de incertidumbre.

¿Cuál sería el precio justo del aceite en las tiendas cubanas?

He oído rumores de que en ciertas tiendas donde sólo compran miembros
del MININT, el aceite lo venden en pesos cubanos y a un precio más que
razonable. No me gusta ser imprecisa y por eso no doy detalles, pero
quisiera saber si es cierto.

Un ex-vecino y amigo que trabajó en una oficina perteneciente al sistema
empresarial de las FAR me contó que a él le daban dos pomos de aceite
mensuales, además de otras "pequeñas franquicias" que hacían muy
indulgente su criterio sobre la situación general del país.

Un buen día, una crítica honesta que hizo a un jefe lo colocó en una
posición tan frágil, que se vio obligado a pedir la baja de la empresa.

Las cartas de protesta dirigidas, "más arriba," resultaron inútiles. Los
colegas, que lo felicitaban en la calle, en una reunión decisiva se
sintieron obligados a no estar de su parte, (¿por los pomos de aceite
mensuales, por las pequeñas franquicias…?)

Desempleado y decepcionado, su visión de Cuba se volvió tan crítica que
terminó emigrando a Estados Unidos.

Hoy, no puedo menos que evocar su confesión de que cuando a él le
sobraba el aceite, no pensaba en lo que representaba este líquido en la
cocina común, casi el veinte por ciento de un salario estándar,
suponiendo que sólo se compre un pomo de aceite al mes, y contando con
la exigua ración de la libreta de abastecimiento, que tanto amenaza con
desaparecer.

Este mismo amigo comentó una vez a mi esposo que para el estado cubano
el costo real de poner en la tienda un pomo de aceite, es de unos 70
centavos CUC. Indignado, mi esposo pidió una explicación sobre ese punto
al delegado del Poder Popular, en la asamblea de rendición de cuentas.
El delegado, quien le reprochó no haberle formulado esa pregunta
"aparte," alegó no estar informado y que le daría respuesta en la
siguiente reunión.

Pero la siguiente reunión se interrumpió cuando el delegado, abrumado
ante las demandas que hacía justamente mi ex-vecino, (el que ahora vive
en Miami), terminó gritándole, totalmente fuera de sí: "¡Estas haciendo
contrarrevolución!"

La gente procedió a calmar al delegado y la asamblea se disolvió. Mi
esposo se quedó sin su respuesta. Un tiempo después este delegado
falleció en un accidente.

El delegado que lo reemplazó ha estado muy atribulado con el reclamo de
varios vecinos que exigen respuesta por asuntos, al parecer más graves.
Respuestas que todavía no llegan…

Así que la pregunta sobre algo tan pedestre como el aceite de cocina,
(no importa cuanto acabe por llevarse de nuestra energía), no ha hecho
siquiera eco en mis vecinos y esta doblemente condenada a la duda.

http://www.havanatimes.org/sp/?p=61674

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