Tuesday, June 3, 2014

La bodega, esa colección del desastre

La bodega, esa colección del desastre
Venden el pan de ayer con el de hoy. Los dos juntos nos ayudan a tener
un mal estómago, un estercolero
martes, junio 3, 2014 | Marcia Cairo

LA HABANA, Cuba -Casi siempre me cuestiono cuándo terminará su absurda
saga la bodega de barrio cubana, donde el pueblo siempre acudió a
comprar sus alimentos; ¿por qué no dejamos atrás ese lugar conectado al
submundo, a lo viejo? Su decoración sigue siendo completamente
innecesaria: los pomitos plásticos (de agua natural de la tienda),
llenos de frijoles, de arroz, de azúcar: melaza mulata, impura
apariencia; poquitos de todo. Las muestras reflejan lo que se vende, lo
actual.

La sal se empaca en bolsitas de nylon; es sal de importación, claro, la
nuestra se nos va de las manos, ya la hemos perdido… También hay un
aceite de amarillo intenso, como de máquina de coser. Están las
cajetillas de cigarros criollos con sus respectivas cajitas de fósforos,
que en sus variados diseños nos muestran eventos políticos, propagandas,
y hasta funcionan como promoción para el turismo, con fotos de hermosos
paisajes y lugares turísticos en el país.

Hubo una época en que encender un fósforo era casi una tarea de magia:
los frotabas y largaban la cabecita, que ardiendo se quedada entre los
dedos, quemándolos. Y entonces, cuando alguno se salvaba y lograbas
encender la hornilla del gas, gritabas de júbilo: ¡al fin!

Sacos de plástico llenan el piso –los antiguos sacos de fibra de yute
desaparecieron, como los dinosaurios–; dentro de ellos se guarda el
grueso de la mercancía para la venta, los productos para alimentar a
toda una población, o al menos la cuarta parte de su reducido estómago.

El café viene en papel de regalo. Esa otra mezcla milagrosa, con el
chícharo, que hace explotar las cafeteras, cual si fueran artefactos de
algún alquimista o inventor chiflado.

Existe un departamento, o un espacio que se llama carnicería, lo que no
hace honor a su nombre. Se despacha el pollo, cuando hace su aparición,
siempre tardía. Las postas congeladas en grasa sólida: rendición al
colesterol, a la muerte del apetito. La fuente es vaciada completamente.
En ocasiones viene media libra de pollo por pescado (al pescado hace
mucho que no le vemos ni la cola); así que de una posta grande, pueden
comer hasta tres personas, una porción por persona, o quizás sirva para
un arroz amarillo salpicado de pollo, y alimente a toda una familia.

Venden el pan de ayer con el de hoy. Los dos juntos nos ayudan a tener
un mal estómago, un estercolero. La harina compacta lo hace de una
dureza parecida al ladrillo, que serviría para hacer un muro con unos
cientos de ellos. Para poder comerse un pan de éstos hay que someterlo a
un tratamiento especial: mojar en aceite una sartén, cortarlo en
rebanadas, someterlo a un fuego lento…, y cuando esté más o menos
esponjoso, sacarlo y untarle mantequilla, mayonesa, miel, o lo que
tengas, para engañar al paladar, que no se acostumbra a la masa seca,
como estopa, que no hace más que maltratar los dientes, la garganta, el
esófago y todos los conductos por donde baja.

Una vez al menos, en el mes, los huevos son el salvamento de las bocas
desahuciadas, y nutren invariablemente. Nos acompañan en el almuerzo y
en la cena, con disímiles variaciones, igual que un concertista con su
instrumento. Y hay algunas sorpresas con uno que otro; al romperlo, la
yema sale diluida, como si su progenitora, la gallina, padeciera de
anemia. Pero en este caso ese se usará en una tortilla o revoltillo,
nada más práctico.

Cuelgan de las paredes extraños afiches o restos de capas de pinturas
desmembradas que el tiempo olvidó, en otro recoveco del tiempo. Vigas de
hierro oxidadas se ven. Puntal altísimo, arquitectura del siglo
anterior, pero en mal estado. Se divisa un falso techo, algo pringoso,
que oscila cuando hay viento fuerte.

La gente que viene a la bodega es algo peculiar, siempre pregunta lo
mismo: ¿entró algo nuevo?

Source: La bodega, esa colección del desastre | Cubanet -
http://www.cubanet.org/actualidad/actualidad-destacados/la-bodega-esa-coleccion-del-desastre/

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