Tuesday, August 7, 2012

Castro depende de los 'gusanos'

Economía

Castro depende de los 'gusanos'
Roberto Alvarez Quiñones
Los Angeles 07-08-2012 - 10:27 am.

Sin el dinero 'apátrida', de mayor aportación a la economía cubana que
el turismo, el país se paralizaría.

¿Qué pasaría si de verdad el gobierno de Estados Unidos decretase un
embargo comercial y financiero total contra Cuba —el "bloqueo" que alega
la propaganda castrista—, prohibiese el envío de remesas, paquetes,
artículos y alimentos, suspendiese todos los viajes a la Isla con
excepción de visitas a familiares enfermos, y la exportación de
productos agrícolas y pecuarios desde las granjas estadounidenses?

El pueblo cubano no solo quedaría totalmente desamparado, en la miseria,
con posible hambruna, sin medicamentos, y los cuentapropistas sin
insumos, en la quiebra, sino que la dictadura quedaría colgada de la
brocha, sin el sueldo que mantiene a flote la economía del país.

Claro, si eso no ocurrió hace 40 o 50 años a estas alturas del siglo XXI
no va a suceder. Pero imaginemos que la clase política estadounidense se
vuelve loca y establece un embargo total contra la Isla como el que
impuso en los años 80, junto con Europa, a Sudáfrica y que sirvió para
acabar con el racista sistema del apartheid.

Ello causaría un tsunami económico devastador, cuyas consecuencias
pueden agruparse en tres golpes principales:

1) La nación dejaría de recibir los 2.500 millones de dólares que
comerciantes y agencias de paquetería de Florida calculan recibe Cuba en
mercancías que trasladan desde EE UU quienes visitan a sus familiares y
las "mulas" profesionales que llevan enormes bultos de ropa, calzado,
piezas de repuestos para autos y motocicletas, televisores, DVD,
herramientas, computadoras, equipos eléctricos, perfumes y artículos de
consumo de todo tipo. Esos bultos, que pronto van a pagar tarifas
abusivas al llegar a la Isla, abastecen el imprescindible mercado negro
y son la única fuente proveedora que tienen los cuentapropistas, a falta
de un mercado mayorista que el Gobierno se niega a crear.

2) Tampoco el país recibiría los 2.300 millones de dólares en "cash"
en remesas procedentes de EE UU y en los bolsillos de los cubanos que
desde aquí viajan a la Isla (más de 400.000 en 2011).

3) El Gobierno perdería los honorarios exorbitantes que cobra por los
pasaportes cubanos (sacar un pasaporte en la oficina cubana en
Washington cuesta 400 dólares, y 720 dólares si lo prorroga hasta los
seis años reglamentarios), las "cartas de invitación", los permisos a
los cubanos para visitar su país, pasajes con precios astronómicos,
gabelas exigidas a las líneas aéreas y los turoperadores; las "mordidas"
de los empleados de aduanas y funcionarios. Se acabaría el cobro de
excesos de equipaje inexistentes a cubanos visitantes —algo
escandaloso—, chequeos médicos a emigrados en la clínica "Cira García",
la renta de automóviles, taxis, las fiestas y banquetes que organizan
los emigrados en restaurantes, hoteles y piscinas en la Isla para que
familiares y amigos tengan un momento de felicidad.

Colateralmente, desaparecería el suministro de alimentos por cientos de
millones de dólares anuales, que han convertido a EE.UU en el mayor
proveedor de alimentos de Cuba. Desde 2011 Cuba ha comprado al "imperio
yanki" cerca de 4.000 millones de dólares en alimentos, principalmente
pollos congelados, carne de cerdo, maíz, trigo y soya, que resultan más
económicos en EE UU porque, dada la cercanía, el costo de transportación
es más bajo que desde otros países.

Si sumamos los daños señalados, vemos que de producirse una ruptura
total entre ambos países el gobierno de Raúl Castro perdería unos 5.000
millones de dólares anuales, cifra que casi duplica los 2.700 millones
de dólares que recibió Cuba en 2011 por sus exportaciones de bienes,
según el Ministerio del Comercio Exterior. Por cierto, un país tan pobre
como Bolivia exportó bienes en 2011 por 9.109 millones de dólares, más
del triple de lo logrado por la "superior" Cuba socialista.

La mayor industria

Claramente, la comunidad cubana en EE UU constituye la mayor industria
proveedora de divisas netas "cash" a la nomenklatura castrista que tanto
la desprecia. Es, además, la principal fuente de financiamiento y de
abastecimientos del sector "no estatal", así como de dólares, medicinas
y artículos de consumo para la población en general.

Si bien son dos los factores que han permitido sobrevivir a la economía
cubana: los subsidios venezolanos y el dinero de la diáspora cubana,
este último tiene características estratégicas únicas.

Mientras los subsidios de Hugo Chávez se reciben mayormente en especie
(fundamentalmente petróleo) y La Habana tiene que dar algo a cambio —hay
en Venezuela unos 50.000 funcionarios cubanos—, el torrente de billetes
verdes y de mercaderías desde EE UU llegan a suelo isleño libres de
polvo y paja, sin costo alguno para el régimen. Son un regalo en divisas
netas en efectivo que constituyen la "caja chica" con la cual el Estado
castrista sufraga sus gastos, las importaciones de alimentos, equipos,
materias primas, y todo lo demás, dada la improductividad inaudita del
sistema comunista. Sin ese dinero "apátrida", el país se paralizaría.

Cinco veces más que el turismo

Es falso que el turismo es la mayor fuente de divisas, como dice el
Gobierno, pues por cada dólar que obtiene Cuba en su sector turístico
regresan al extranjero no menos de 65 centavos, que son el componente
importado del costo de operación de esa industria. Recordemos que la
Isla tiene que importar hasta frutas y vegetales frescos de República
Dominicana.

En 2011, según la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) el turismo
aportó 1.738 millones de dólares en términos brutos, que al restarle el
65% que regresó al extranjero se quedaron en 1.129 millones netos. Y ya
vimos que desde EE UU le llegan a Cuba 5.000 millones netos, casi cinco
veces el valor de los ingresos netos por el turismo. En 2011 los
ingresos turísticos fueron inferiores a los reportados en 2010 por la
ONE, pese a que los turistas aumentaron a 2,7 millones, debido a que la
mayoría de los cubanos que viajaron a la Isla se hospedaron en las casas
de sus familiares y no en hoteles, cuya tasa de ocupación apenas llegó
al 50%.

La propaganda oficial arguye que antes de 1959 Cuba tenía una gran
dependencia económica de EE UU, de donde procedía la mayor parte de sus
importaciones y en donde colocaba el grueso de sus exportaciones. Pero
resulta que pese a los gritos contra el "criminal bloqueo" y la "Mafia
de Miami", hoy Cuba depende de EE UU más que nunca en su historia.

Hoy recibe desde su odiado vecino del Norte muchísimo más dinero líquido
que todo lo que obtiene con sus exportaciones. Los cubanos residentes en
EE UU (1,8 millones) son un torrente gigante de recursos financieros y
comerciales que, por razones familiares y humanitarias, van a Cuba,
siempre con el visto bueno de Washington.

En fin, que si los Castro disfrutan aún del poder que asaltaron hace
medio siglo es gracias a los "gusanos" que escaparon del comunismo, a
quienes denigran y ofenden constantemente.

http://www.diariodecuba.com/cuba/12427-castro-depende-de-los-gusanos

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