Monday, January 2, 2012

Modesto, Rosendo y el tren vietnamita

Modesto, Rosendo y el tren vietnamita
Lunes, 02 de Enero de 2012 00:42
Rogelio Fabio Hurtado

Lawton, La Habana (PD) En este artículo me voy a referir a algo que para
los cubanos es de suma importancia, ya que toca a casi todos mis
compatriotas en el estomago. Hablaré del arroz, ese infaltable compañero
de los frijoles negros, que de no existir en la mesa, hace que los
cubanos digamos: "esto no es comida, caballeros".
Había en Cuba -no en Castrolandia porque murió en el exilio- un cómico
llamado Alberto Garrido, quien junto a Federico Piñeiro encarnaba al
eterno dúo del negrito y el español, quienes por radio primero y luego
en la TV, nos hicieron reír con todos sus chascarrillos y enredos.

En una ocasión, "el negrito" se quejaba de que lo único que tenia para
comer en la casa era Rosendo Rosell (nombre de un magnifico locutor
también fallecido en el exilio), los negritos y el padrenuestro. Se
refería al arroz, los frijoles negros y el picadillo, un menú que por
entonces era la dieta de los menos favorecidos.

Hoy estos articulos son parte de la seguridad nacional castrista y para
los mismos se dedican ingentes esfuerzos en todo el país, sin contar que
sus precios son casi tan prohibitivos como la bíblica fruta del paraíso
lo fue a Adán y Eva.

Como siempre, un introito histórico para poder entender lo que para
cualquiera es paranormal y sin embargo, es normal para los cubanos.

Hace 44 años, Fidel Casiano, tras los estrepitosos desastres de las
guerrillas congoleñas y bolivianas y en pleitos ideológicos con sus
proveedores más amplios en alimentos, los chinos, se autotituló gran
agricultor en jefe, y dedicó su tiempo -sin saber nada de estos
menesteres- a revolucionar la agricultura.

Para esto, además de un francés charlatán, compró en Francia -a crédito,
por supuesto- una ingente cantidad de equipos agrícolas y de
construcción con los que formó la Brigada Ernesto "Che" Guevara. Esta
fuerza, dirigida por sus espadones sin empleo, seria la encargada de
producir tantos alimentos que según el Líder, a la vuelta de 5 años, se
exportarían como el azúcar. Entre estos alimentos estaba el arroz.

Se desbrozaron bosques de frutales y palmares completos para sembrar
arroz en tal cantidad que Castrolandia cubriría sus necesidades más allá
de lo soñado.

Bueno, soñar no cuesta nada, pero cuando se trata de economía, sí
cuesta, y bastante

No hablaré de los avatares castristas que aún hoy sufre a mi patria,
convertida en satélite de un dictador extranjero paranoide, con una
economia de subsistencia, incapaz, por demás, de resolver la
alimentación del mismo. Esto ya lo he hecho en demasía. Hoy voy a hablar
del tren vietnamita, sí, ese que garantiza las escasas toneladas del
principal componente de supervivencia que utilizan nuestras agobiadas
mujeres para llenar al menos los estómagos siempre vacíos de sus
familias, el arroz.

Desde hace más de un lustro, Castrolandia usa un verdadero tren de
barcos vietnamitas que ponen en puertos la increíble cantidad de 2.6
millones de tm del cereal, de la que anualmente se destinan 456,000 tm a
la pitanza normada de la población y el resto para "uso social"
(entiéndase esto último por consumo de las organizaciones estatales) y
que como diría Elsa Triolet, son "a crédito".

Para esto se utilizan cerca de 10 barcos cerealeros que cubren
mensualmente la astronómica distancia de 22,5000 kms entre el puerto de
Saigón (Ho Chi Minh) y los de la Habana y Santiago de Cuba. Este tren
opacó por mucho el anterior tren de petróleo soviético de 17,000
kilómetros entre Bakú y La Habana.

¡Pobres vietnamitas, parece que van a acompañar a los rusos en la cola
de acreedores!

Por favor, señores, en 1958 Cuba se autoabastecía en el 75 % de sus
necesidades alimentarias entre estas las arroceras, y no había que ir
tan lejos a buscar el 25% restante. ¿Quieren saber con quién lograba el
75%? Pues con los cultivadores nacionales, con nadie más.

Acaben de renunciar a proyectos delirantes y terminen con esta locura de
una vez. Háganle ese regalo de navidad a mi sufrido pueblo.

paulino.alfonso@ yahoo.com

http://primaveradigital.org/primavera/economia/51-economia/3031-modesto-rosendo-y-el-tren-vietnamita

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