Friday, February 18, 2011

Papas y puñetazos

Papas y puñetazos
Friday, February 18, 2011 | Por Jorge Olivera Castillo

LA HABANA, Cuba, febrero (www.cubanet.org) – Por estos días se reedita
en los barrios de Ciudad de La Habana el carnaval de la grosería y el
fastidio. Las actitudes torcidas se hacen visibles en el mostrador del
agro mercado estatal.

Apiladas en los rústicos compartimientos, las papas desatan el frenesí
de los ancianos desnutridos, amas de casa, y los profesionales del
descaro que marcan varias veces en la fila para vender sus turnos a
personas que llegan a última hora, y optan por pagar un extra antes que
irse con las manos vacías.

En las multitudinarias concentraciones que provoca la aparición de las
papas también hay niños, inválidos y mujeres embarazadas. No es raro que
los defectos e impedimentos físicos sean parte de un juego de
apariencias para alcanzar las ansiadas papas. Podrían parecer historias
ficticias, pero en la lucha por la supervivencia todo es válido.

Enrollarse un bulto de trapos debajo de la blusa, usar sin necesidad una
silla de ruedas, o gafas negras y bastón para hacerse el ciego, son
recursos usados regularmente con el fin de ganar la prebenda de un buen
puesto en la cola.

Algunas veces la venta de papas ha tenido que suspenderse a causa de la
magnitud del desorden provocado. El intercambio de groserías y los
puñetazos son a cada rato el colofón a las horas de espera bajo el sol.
Sumémosle a lo anterior los trasiegos ilícitos de mercancía por parte de
los trabajadores de los mercados. Muchos sacos llenos de papas se venden
por la izquierda a precios más bajos, tanto a revendedores como a los
nuevos dueños de restaurantes.

La esperanza de mejorar la alimentación de la familia llevando unas
papas a la mesa, es siempre eso: una esperanza, sin garantías. De estos
pequeños infiernos que son los agromercados, se sale casi siempre con
fatiga o dolor de cabeza, a veces humillado tras una paliza verbal de
otro ciudadano que descargó sus frustraciones acumuladas con el que
tenía al lado.

Los profesionales de la marginalidad también hacen zafra en estas
disputas. Sólo la policía logra ahuyentar a esta tropa que florece cada
vez con mayor fuerza en el caldo de cultivo del socialismo.

En ciertos barrios habaneros lograr llevar a casa la ración de papas es
más quimérico que esperar una nevada en la ciudad. Conseguir papas puede
quedarse solo en un sueño, imposible de alcanzar.

En medio de este escenario nos siguen diciendo que vamos por el camino
correcto.

Incluso nos aseguran que somos uno de los pueblos más cultos del
Universo. Algunos de los que nos cuentan esas maravillas virtuales que
es Cuba son burgueses de cuna. Son los miembros de la Nueva Clase, esa
especie que ha convertido al país en su finca particular.

oliverajorge75@yahoo.com

http://www.cubanet.org/articulos/papas-y-punetazos/

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